Friedrich Froebel fue uno de los primeros psicólogos en estudiar el juego. Lo concibió como “la más alta expresión del desarrollo humano en la infancia… la libre expresión de lo que es el alma infantil”. Como muy bien señaló un psicólogo posterior, “la genialidad de Froebel consistió en identificar el juego como el instrumento y auxiliar oportuno de la educación”.
Froebel es conocido sobre todo por haber encabezado el “movimiento de jardines de infancia” en 1837. Señaló que los niños deben ser atendidos por sus educadores como las plantas por su jardinero. Resaltó la importancia del juego, del desarrollo de habilidades físicas y del uso del lenguaje, la música y la expresión personal como bases de la educación en la primera infancia.
El estadio sensomotor del desarrollo, constituido en su mayor parte por actividades lúdicas, es un periodo durante el cual se adquieren cogniciones importantes, tales como la permanencia de los objetos, el concepto de causa y efecto y la conciencia de las relaciones espaciotemporales. Por añadidura, los juegos proporcionan a los niños sus primeras experiencias de las ideas de justicia, ley, equidad y falsedad. En estos y en otros muchos aspectos importantes del aprendizaje y del desarrollo social, los investigadores han podido demostrar que el papel que desempeña el juego es crucial.
Una revisión de los estudios dedicados al juego indica que los psicólogos y profesores actuales lo conciben como un importante determinante de la personalidad, de la estabilidad emocional, del desarrollo social, de la creatividad y de la formación intelectual. Además de ser una actividad de construcción del lenguaje, en la que los niños aprenden sin esfuerzo las reglas gramaticales y léxicas que son el fundamento de su lengua. Se considera asimismo como un ejercicio que desarrolla la fuerza física, la coordinación y la agilidad. Por si esto fuera poco, muchos teóricos ven en el juego un proceso de gran ayuda para desarrollar la capacidad infantil de concentración y la tendencia a explorar y crear.
Fuente: Enciclopedia de Psicopedagogía/ Grupo Océano, Capítulo 5, Pág. Nº200, "Naturaleza del Juego".
El estadio sensomotor del desarrollo, constituido en su mayor parte por actividades lúdicas, es un periodo durante el cual se adquieren cogniciones importantes, tales como la permanencia de los objetos, el concepto de causa y efecto y la conciencia de las relaciones espaciotemporales. Por añadidura, los juegos proporcionan a los niños sus primeras experiencias de las ideas de justicia, ley, equidad y falsedad. En estos y en otros muchos aspectos importantes del aprendizaje y del desarrollo social, los investigadores han podido demostrar que el papel que desempeña el juego es crucial.
Una revisión de los estudios dedicados al juego indica que los psicólogos y profesores actuales lo conciben como un importante determinante de la personalidad, de la estabilidad emocional, del desarrollo social, de la creatividad y de la formación intelectual. Además de ser una actividad de construcción del lenguaje, en la que los niños aprenden sin esfuerzo las reglas gramaticales y léxicas que son el fundamento de su lengua. Se considera asimismo como un ejercicio que desarrolla la fuerza física, la coordinación y la agilidad. Por si esto fuera poco, muchos teóricos ven en el juego un proceso de gran ayuda para desarrollar la capacidad infantil de concentración y la tendencia a explorar y crear.
Fuente: Enciclopedia de Psicopedagogía/ Grupo Océano, Capítulo 5, Pág. Nº200, "Naturaleza del Juego".
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